Fíjate en el listado de arriba. Son muchos problemas, y no los cuentan precisamente medios conservadores. En apenas dos años, al menos diez momentos de tensión. Y eso sin contar los que no han trascendido, ni los que (seguro) vendrán. Así las cosas, una de dos: o los tejedores del Ejecutivo han mostrado un talento brillante para restañar heridas, o bien los medios exageran. Probablemente ambas.
Sería injusto, en cualquier caso, atribuirle todo el mérito a Yolanda Díaz y no mencionar al otro lado el papel del ahora ministro Félix Bolaños, capaz de tejer en la sombra desde la propia coalición de Gobierno hasta la exhumación de Franco. Pero sin duda el talante de Díaz tiene mucho mérito en la paz interna del consejo de ministros, sobre todo en lo que a apaciguar las pulsiones de Podemos se refiere. Quizá no por ‘coser’ directamente, sino por saber sobrevivir en medio de dos que estiran en sentidos contrarios. Eso también es una forma de coser.
Ahora bien,
tal y como analizaba Estefanía Molina en una columna de hace algunos meses, será complicado que el proyecto de la vicepresidenta tenga tanta fuerza como para disputarle al PSOE la primacía electoral. No sólo por los muchos patrones distintos que tiene que coser, porque a la luz de lo expuesto mañas de tejedora le sobran. Es, sencillamente, que al PSOE se le da bien apretar las costuras a su izquierda cuando le conviene, y porque a fin de cuentas los éxitos de gestión los capitaliza el propio Sánchez. Ya se sabe: en la alta costura siempre firma el diseñador, no la costurera.